Por Elsa Cuellar y Anabel Espinoza, integrantes del grupo temático de la Red de Pescadoras y Pescadores
Desde el 15 de octubre del 2008 se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales, establecido por la Asamblea General de la ONU en su resolución 62/136, el 18 de diciembre de 2007, para reconocer la función y contribución de las mujeres rurales en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.
Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres rurales es de suma importancia en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la desnutrición; sin embargo, las mujeres rurales se enfrentan a una discriminación significativa en lo que respecta a la propiedad, la remuneración, en la toma de decisiones o el acceso a recursos y mercados.
Las barreras estructurales y las normas sociales discriminatorias continúan limitando el poder de las mujeres rurales para participar en sus comunidades y hogares. A pesar de que sus responsabilidades aumentan y se vuelven más demandantes debido a la migración de los hombres, su trabajo sigue siendo invisible.
Las mujeres que trabajamos en el sector pesquero en comunidades costeras también enfrentamos desafíos similares. A pesar de que en México existen más de 24,000 mujeres involucradas en diversas actividades relacionadas con lapesca, como la extracción, la administración, la venta y los servicios, seguimos siendo invisibles en nuestras labores y en la toma de decisiones.
Las mujeres de comunidades pesqueras también merecemos ser reconocidas en el Día Internacional de las Mujeres Rurales, ya que desempeñamos un papel fundamental en la seguridad alimentaria, en la disminución de la pobreza, en el crecimiento económico de nuestras comunidades y en la conservación de los recursos naturales. Compartir los caminos recorridos por las mujeres rurales, ayudará a diseñar estrategias que promuevan la igualdad de género en el sector pesquero, que abarquen no solo la captura, sino también otras actividades dentro de la cadena de valor en las que las mujeres tienen un rol destacado.
La participación de las mujeres en la pesca se ha transmitido de generación en generación, arraigada en nuestras costumbres familiares. Hoy endía, las mujeres rurales participamos en actividades que antesparecían impensables, como la conservación de los recursos marinos a través del buceo científico y comunitario.
Frases como “Vas a descuidar la casa, a la familia y a los niños si te involucras en esto”, “No cuentas con mi permiso” o “No van a poder hacerlo” han sido parte de la historia de las mujeres que participan en el buceo. Muchas de ellas se enfrentaron a comentarios que señalaban la inconveniencia de participar en la actividad, debido al alto riesgo que éste implica. Tener que seguir demostrando que si pueden realizar los trabajos que implica el buceo para poder llegar a colaborar en libertad y total igualdad, es otro de los retos a los que actualmente se siguen enfrentando.
Algunas mujeres también enfrentaron el miedo personal de no poder desempeñarse eficazmente en una actividad mayoritariamente dominada por hombres. Sin embargo, una vez superado ese miedo, descubrieron su habilidad y pasión por el buceo, y ahora sus hijas desean aprender de sus madres en beneficio de sus comunidades.
Las redes de apoyo, conformadas por amigos y familiares, han sido claves para el crecimiento de las mujeres rurales. Por ejemplo, en las costas del norte del Pacifico tener un tío pescador que anima a explorar bajo el agua fue lo que motivó a una de las mujeres a tomar el reto que la ha convertido, en más de una ocasión, en líder de monitoreos científicos en reservas marinas. O bien, contar con un esposo que se desenvuelve en este mismo ámbito y motivar a su esposa a prepararse para trabajar en la ciencia ciudadana, influye de manera muy positiva en un ambiente formado mayormente por hombres.
Debemos reconocer, destacar e impulsar la participación de las mujeres en el buceo científico, pues a través de los monitoreos ayudan a las localidades a conocer las poblaciones, ciclos de vida, tipo de alimentación y reproducción de nuestros recursos pesqueros y marinos, y con ello se toman decisiones sobre las pesquerías. También debe reconocerse a las mujeres buzas que se sumergen en las profundidades de nuestros mares para llevar sustento económico y alimento a sus familias, una labor de mucho riesgo, que implica valentía, tenacidad y fortaleza. Sin duda merecen ser reconocidas y celebradas en este día internacional de las mujeres rurales.
Reflexiones obtenidas durante el evento “Conversando a profundidad: Encuentro de buzas comunitarias de la Red de Pescadoras y Pescadores” , donde participaron representantes del grupo de Género, Monitoreo Científico y Monitoreo Comunitario de la Red de Pescadoras y Pescadores.
¹La Red de Pescadoras y Pescadores es un espacio para la acción colectiva conformado por personas dedicadas a la pesca que trabajan en pro de la salud de los océanos u para el aprovechamiento sostenible de los recursos del mar que garanticen una vida digna para las nuevas generaciones. El grupo temático de Género está conformado por 10 mujeres que tienen como objetivo promover la participación igualitaria de mujeres y hombres en comunidades pesqueras y acuícolas.
² INEGI (2021). Pesca y acuicultura: Censos Económicos 2019. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. México.